Es de noche,
la frenética marea de hinchas se ha calmado,
el suplicio electoral de un país se definió.
Solos, un domingo cualquiera de un año agotador.
pre-ocupando mi mente en el lunes entrante,
deseando que no pasen las horas, que se detenga el reloj;
esperando un cambio contundente, una disrupción.
El reloj continua su rumbo, nada detiene mi destino:
Un lunes compungido, sufrido, movido, nunca añorado.
Cada segundo me aleja de tu cálido abrazo,
me destierra al frío de la avaricia,
me acerca a la jungla de actividades y documentos.
Llegarán con su afán el martes y el miércoles.
Tendré de nuevo tu abrazo un sábado tardío
y un domingo rápido y divino.
De nuevo Lunes. Una maldición.
la frenética marea de hinchas se ha calmado,
el suplicio electoral de un país se definió.
Solos, un domingo cualquiera de un año agotador.
pre-ocupando mi mente en el lunes entrante,
deseando que no pasen las horas, que se detenga el reloj;
esperando un cambio contundente, una disrupción.
El reloj continua su rumbo, nada detiene mi destino:
Un lunes compungido, sufrido, movido, nunca añorado.
Cada segundo me aleja de tu cálido abrazo,
me destierra al frío de la avaricia,
me acerca a la jungla de actividades y documentos.
Llegarán con su afán el martes y el miércoles.
Tendré de nuevo tu abrazo un sábado tardío
y un domingo rápido y divino.
De nuevo Lunes. Una maldición.
Comentarios